A photo by David Arquimbau, photographer. |
Hay ocasiones en que encuentras aquello que no buscas, cerca de casa, a un par de calles, lo tenía y no lo sabía, durante unas dos ó tres horas conversamos de esto y de aquello, de ayer y de hoy, Miquel tiene 92 años, su edad es la que provocó mi sorpresa al pensar que los tatuajes son patrimonio de las nuevas generaciones, error.
Un tatuaje con el nombre de Menorca en su brazo izquierdo, una anécdota de “patriotismo” doméstico, hay que fotografiarlo, error.
D.E.C.A. MENORCA, Destacamento Especial Contra Aeronaves Menorca, 92 años, excombatiente Republicano, le rondó una pena de muerte, 5 años de trabajos forzados en Valladolid al servicio de los ganadores, 10 años de servicio militar obligatorio, un infierno en su propio pueblo durante la posguerra por su pasado republicano, al final el “destierro” voluntario a Barcelona en busca de un anonimato que le permitiera vivir.
Sus fantasmas particulares, antiguos miedos y mi palabra, no nos permiten mostrar su rostro, su mirada es vida, y su sabiduría corresponde a la realidad, por eso las actuales sociedades modernas del individualismo y la desvinculación deberían cuestionarse la forma en que están tratando a sus mayores.
Aún me queda una cita pendiente con Miquel, su rostro y su piel, nuestra historia.
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