Aquí estaba R.PEREZ TREPAT, taller de compases naúticos. |
Regreso a Barcelona y no es posible evitar la nostalgia cuando paseo por sus lugares, en esta ocasión mis pasos me llevaron hasta el Passeig de Colom, un barrio en el que descubrí otras vidas y formas de vivirlas, en un tiempo en que las gentes que lo habitaban eran humildes y las prostitutas también, sus calles tenían olor propio y el ruido era de suburbio, los bares con serrín en el suelo servían leche de Pantera y allí en la barra poder comprar tabaco de contrabando, el americano, el de la etiqueta azul, fue una época que era un auténtico arrabal de la Barcelona de más arriba.
Cada mañana tomaba dos autobuses desde el Carmelo, unos 45 minutos hasta el lugar donde comenzó mi vida laboral, compases magnéticos, sextantes, bitácoras , todo era artesano; Yo era el aprendiz, el niño de los recados, cosa que me permitía callejear por las cercanías, todo un mundo para un chaval de 15 años, experiencias y anécdotas que son mi "souvenir" particular de Barcelona, esta ciudad hoy convertida al "Dios Turismo" que ha transformado el viejo taller donde se inició mi vida adulta en un hotel de lujo.
1 comentari:
David, imagínate que nostalgia tengo yo.
Es interminable la lista de situaciones que se vivieron allí,ver morir a alguien delante de tí, puñaladas, miedo al llegar sola a las 7 H. de la mañana, personajes extravagantes ... todas dignas de un libro con trágico final.
Cuando la empresa pasó a mi cargo, estaba en plena ruina. Mi padre con su anarquismo, se mostraba generoso con quien no debía. Intenté sanearla, pero ya era tarde, nos quedamos sin nada, sin casa, sin coches, alquilando un piso con mis padres y mi marido, en fin.
Muchas gracias por esta foto y aunque tu no lo sepas, te veía como un hermanito. Siempre te aprecié
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